lunes, 20 de mayo de 2013

Competición II

En la primera parte tratamos el tema de tomar la decisión de competir o no y que clase de gente tomaba cada una.
En esta nos vamos a poner en el caso afirmativo. Hay una competición cerca y nos hemos apuntado... ¿que vamos a hacer?, prepararse para nuestra primera competición puede ser algo confuso. Hay varios escollos que salvar, no sabemos si nuestra preparación física es la adecuada o si confiamos en nuestras técnicas, no conocemos a nuestros oponentes y lo más importante de todo, no nos conocemos a nosotros mismos. El caso es que ya estamos apuntados y es dentro de una semana. Vemos como otros compañeros con más experiencia han preparado la competición desde hace tiempo, técnico, físico, estratégico y sobre todo mental. Trataremos estos aspectos en la próxima entrada de competición, pero el caso es que nuestra primera cita en estas lides vamos prácticamente con lo puesto.
Llega el dia y después de haber repasado el material, la hora y el lugar una docena de veces, nos econtramos en el pabellón con otros compañeros kenshi con mayor o igual experiencia. Pues... la suerte está echada y el sorteo cuelga de la pared. Tratas de encontrar el nombre entre los zekken que ves por allí hasta que lo encuentras. Da igual como sea el otro kenshi, a ti te parece que es un gigante con la velocidad de Flash Gordon y con la sabiduría acumulada de varias generaciones de ancestros samurais.
Calientas y te notas torpe. Surjen las dudas. No debí haber venido, con lo a gusto que estaba entrenando mis 6 horitas a la semana. Y lo que se madruga, tengo sueño y apenas he desayunado algo.
Ponte el men, eres rojo, shiajo A, ¿ya?, ¿seguro?. El tenugi elegido que te lo regalaron para este momento parece de seda resbalando por tu cabeza y recuerdas que te decian: -Que no se te desate nada-, y te dejas las manos apretando nudos del bogu. ¡Ya está!, todo puesto, el shiajo A está al fondo de donde has dejado todo el equipo. Corres y ves como tu compañero ya está preparado con la cinta blanca. Entras en el shiajo, unos pocos pasos, saludas y... te has quedado corto, -Rojo, pisa la línea-. Conservas la dignidad y pisas la linea. ¡¡HAJIME!! un fuerte kiai resuena en tus oidos, ¡vamos, ahora tú!...

Acabe como acabe el combate ya has ganado. Te has enfrentado a tus dudas, miedos, inseguridades, demonios personales... quizá no te des cuenta pero una vez terminado el campeonato serás mucho más fuerte que antes. No quiero decir que hayas adquirido la habilidad como en matrix y que en 2 segundos ya sepas kendo, pero tu mente ha salvado el primer obstáculo que normalmente es el más alto. A partir de ahí hay una pequeña llanura que más tarde se hará por inercia y solo tendrás que preocuparte de otras cosas de las que ya hablaremos.

A la primera competición de judo a la que fuí, pedí a mi maestro que me diera un consejo para combatir contra el chico que me tocaba y solo me dijo: -Haz tu Judo-, así de simple. Una frase tan sencilla que implicaba confianza en lo que había trabajado y que era el momento de ponerlo en práctica.
Daba muchos más consejos de los que me acordaré siempre como: -Hasta el rabo todo es toro- o -Cualquiera hace relojes-. El caso es que pase lo que pase, hoy nos vamos a llevar deberes a casa para hacer y mejorar nuestro kendo hasta el próximo examen... o competición o como queráis llamarlo.
Permitirme ahora que os sume un consejo mio que sirve para la primera competición: -No has ganado aún nada y nadie espera nada de ti,  asi que solo queda una cosa: Gloria.-

Intentar que cada una de vuestras competiciones sea como la primera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario