domingo, 25 de octubre de 2015

Compromiso

La enseñanza es extremadamente complicada. Desde que comencé a impartir clases en mi dojo me he encontrado con grandes dificultades. Es cierto que he tenido grandes maestros y referencias en mi vida como para poder aplicar sus métodos y sigo aprendiendo de todos y todo con lo que me encuentro.
Pero la realidad es que llegado el momento, te quedas solo. Ahora tienes gente delante de tí a la que tienes que transmitir un concepto que no en todo momento tienes claro. Es relativamente sencillo adquirir un concepto, lo que no es tan sencillo es transmitirlo y sobre todo, hacerlo de forma adecuada para que tu alumno lo adquiera también.
Entonces, ¿cual es la solución?: Pues no tengo ni idea. Lo único que tengo claro es que necesitaba un plan y empecé a plantear las cosas desde el final hasta el principio, de grande a pequeño y así ir deshaciendo todo en porciones pequeñas para que fuera sencillo asimilarlo. Aún así, no es un método cerrado y con cualquier cosa que aprendo trato de asimilarlo, practicarlo para después descomponerlo y tratar de nuevo de transmitirlo.

Este es un poco mi trabajo particular con el que me he comprometido en mi dojo y es un trabajo que me lleva un gran porcentaje de mi vida. Es mi pasión y mi compromiso, una forma de vida a la que dedico más tiempo del que estoy en el dojo.

Pero el problema principal con el que me he encontrado en algunos alumnos es que no entienden lo que es recibir clases de kendo (o cualquier otro arte marcial). En realidad, cualquier cosa que se enseñe tiene un valor. Un profesor de idiomas, de autoescuela, de macramé... da igual lo que sea, está compartiendo sus conocimientos para que otra persona los use y disfrute de ellos. Son esos conocimientos adquiridos los que han hecho evolucionar al ser humano y hasta hace poco, el que enseñaba algo era valorado por esos conocimientos compartidos.

No me entendais mal, nunca he tenido ningún problema con ningún alumno como tienen ahora los profesores de instituto. Normalmente la gente que se apunta a esta disciplina lo hace porque quieren. Pero hay una minoría que se apunta aqui sin saber muy bien que es el kendo y el sacrificio y constancia que son necesarios para aprender y avanzar. A veces es sencillo pensar que el profesor se ocupa de introducir en nuestra cabeza y sistema nervioso todas las habilidades necesarias para practicar kendo como si fuera un programa de la película Matrix. Pues... en realidad no es asi. Es necesario un esfuerzo del alumno por aprender. Hay que pensar y practicar, practicar mucho y practicar bien. Al final es un camino que recorremos juntos y a mi sinceramente, no me gusta caminar solo.

Hay una frase en la película Karate Kid  en la que el Señor Miyagi le dice a su recién adquirido alumno, mientras le entrega el hachimaki: "Yo me comprometo a enseñar karate. Tú te comprometes a aprender"
Esta es la base en cualquier dojo al que vayáis. Comprometeos a aprender, puesto que vuestro profesor se ha comprometido a enseñaros.

jueves, 22 de octubre de 2015

¿Para que sirve el kendo?

Es muy habitual que cuando la gente entra en el dojo para interesarse por nuestra disciplina nos pregunten: ¿pero esto sirve en una situación real? ¿serviría para defenderme por la calle?. Evidentemente la respuesta es NO. Hoy en dia no vamos por la calle con una espada  y en el caso de una agresión no tendríamos un palo cerca para usarlo. Entonces ¿por qué practicamos kendo?.
La respuesta me la dió un practicante de judo que empezó con nosotros a hacer kendo. Él fué a Japón a entrenar judo y uno de los senseis con los que estuvo le dijo que tenía hacer kendo, mínimo hasta conseguir el primer dan. Cuando le preguntó la razón le dijo: "El kendo es el espíritu de las artes marciales japonesas. No se pueden entender otras artes marciales (judo, karate, aikido...) sin antes haber practicado kendo".
Para mi la respuesta quedó clara, el kendo no servía para nada pero servía para todo. Es la esencia del espíritu samurai japonés que reside en su bien más preciado que es la katana.
A partir de practicar kendo comprendí muchas cosas que no entendía del judo y he visto similitudes con el aikido, el karate o el kyudo.

Desde aquí me gustaría invitar a todos los practicantes de artes marciales a que probaran a hacer kendo y que así sean capaces de profundizar en su arte marcial particular. Al fin y al cabo, el kendo es una escuela para la vida.