miércoles, 6 de febrero de 2013

Bienvenidos

Bueno, después de un primer intento de blog hace unos años y ahora que parece que más gente a mi alrededor se dedica a escribir sobre esto, yo no quería ser menos.

Con este blog no pretendo dar una visión única e inmodificable del kendo sino todo lo contrario. Viendo el blog anterior, me dí cuenta como ha ido cambiando mi visión de este mundo y eso se demuestra en el cambio de nombre. El primer "La vie in bleu" era eso, una visión idílica de lo que estaba viviendo en aquella primera época, poco después de la fase chandalera y que tras dedicarle muchas horas se ha transformado en una "Escuela de vida".

En la cabecera de mi dojo, a la vista de todos pone: ESCUELA DE KENDO. Pues eso, como dice una compañera en su propio blog, ¿que haces qué?. Los que entran conociendo algo de este arte marcial pronto se dan cuenta de que hay algo más aparte de tio/as dándose palos en la cabeza y eso es (ahora estáis pensando que voy a poner algo filosófico y trascendental, pues no) CAÑAS. Después de entrenar la gente se va a compartir un trocito de su vida con los compañeros de práctica. No hay nada como pelearse para estar unidos (los que se pelean se desean) y no es tanto por el hecho de sacudirse allá donde buenamente puedes sino porque el hombre tiene tendencia a arrimarse a sus compañeros de desgracias y penurias.
Porque en contra del anterior "La vie in bleu" este no es un camino de rosas, y si lo es, os aseguro que tienen espinas.

Es por lo tanto este camino del kendo muy similar a la vida misma, un camino complicado, no siempre plano, con sus terribles cuestas, rocas imprevistas que te hacen tropezar y pocos momentos para disfrutar del paisaje. ¿Y son bonitos esos paisajes? pues hombre... son más bonitos cuanto más has sufrido. ¿Pero esto quién lo practica, masoquistas? pues un poco, no nos engañemos. Entonces... ¿por qué practicar kendo?, buena pregunta, la verdad es que con lo dicho anteriormente no le doy buena propanganda a esto. Pues os daré una razón para practicarlo que es por la que me he dado cuenta que yo estoy aqui:
Ayuda a ser mejor persona, al menos a estar más contento con uno mismo. Lo que sufres en el dojo te hace conocer como reaccionas ante ese sufrimiento. La presión, el cansancio, las lesiones, pero también los triunfos y metas te abren un mundo desconocido a uno mismo. A tomar decisiones y no arrepentirte, a adaptarte al momento, a aumentar la determinación con la decisión tomada... en fin, una amplia gama de factores que se repiten al final en nuestra vida cotidiana.

Por eso el kendo es una "Escuela de vida", un pequeño escenario o campo de pruebas para nuestro dia a dia. Lo que mejoremos en el dojo lo mejoraremos en el trabajo, familia, pareja, amigos y viceversa.

Y para terminar quería daros (como diría Radio Futura) la bienvenida a esta Escuela de calor, porque os vais a dar cuenta de lo que cuesta la Fama.

Os prometo que las siguientes entradas serán menos aburridas y algo más prácticas.

Un saludo a todos.

5 comentarios:

  1. Bienvenido a la blogocosa: ya estás en los enlaces.

    Ahora que vas a escribir con regularidad, te será más fácil enviarme ese post del que hablamos ;)

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  2. Ya estás en mi Google Reader...

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  3. Al lío con ello. Todo lo que hablamos después de clase, a escribirlo aquí. Así se puede repasar con los ojos aparte de con la mente (que la memoria se desgasta con los años...).

    Buen destino!

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  4. Lo que hablamos despues de clase mejor dejarlo ahi, por que lo que se dice en vestuario y bar vaya tela.

    mucha suerte con el blog sempai!

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